El escudo de Nuevo León representa fortaleza, laboriosidad, progreso, bondad y reconoce a los protagonistas de la historia del Estado.
El escudo fue creado durante el gobierno del general Bonifacio Salinas Leal, por una comisión que integraron Santiago Roel, Carlos Pérez Maldonado, José P. Saldaña y Héctor González, mediante el Decreto No. 72, del 2 de junio de 1943, publicado en el Periódico Oficial No. 47, del día siguiente. Antes de esa fecha, Nuevo León usó el escudo de Monterrey, su ciudad capital.
Este escudo es cuartelado en cruz, con escusón y bordura. El escusón trae en campo de plata (que en heráldica significa bondad) una cadena sable alrededor y banda del mismo color. Esto recuerda al D. Gaspar de Zúñiga y Acevedo, Virrey de la Nueva España, en cuyo blasón aparecen esos atributos, que corresponden al título de "Conde de Monterrey", por quien nuestra capital recibió su nombre. La cadena significa también, la unión de los neoleoneses.
El cuartel diestro superior trae en campo de oro (que significa riqueza, fe, pureza y constancia) al Cerro de la Silla , con el que desde tiempo inmemorial se ha representado Monterrey, pero que también es símbolo del Estado, el más conocido. Sobre su cumbre, un sol de gules indica prosperidad. Al frente un naranjo en fruto, representativo de la más importante riqueza agrícola actual de Nuevo León.
El cuartel siniestro superior trae sobre fondo de plata el escudo del reino de León, España, de donde el Estado tomó su nombre: un león rampante, de gules, coronado, lampasado y armado de oro, en campo de plata. El león significa vigilancia, autoridad, magnanimidad y soberanía.
El cuartel diestro inferior trae sobre fondo de plata y en colores naturales el extinto templo de San Francisco, representando la iniciación de la cultura en esta región.
El cuartel siniestro inferior trae en campo de oro, cinco chimeneas humeantes, color sable que representan a la industria nuevoleonesa, como el principal factor de nuestro progreso.
La bordura de azur contiene distintas armas, todas en plata, representando la raza indígena y otras épocas de guerra. Arriba van tres abejas doradas de cada lado, que en heráldica significan laboriosidad, característica del neoleonés y, abajo, el nombre del Estado.
En recuerdo a los primeros conquistadores y colonizadores del Nuevo Reino de León, se colocó sobre el escudo, como ornamento, un yelmo de plata, bruñido, terciado y con cinco rejillas, que corresponden a los antiguos hidalgos que desempeñaron cargos militares de importancia.
Por último, y para dejar fijada la tendencia siempre progresista y la constante aspiración de mejoramiento que tantos arraigos tiene en el nuevoleonés, se colocó como divisa una cinta al pie del escudo con los colores nacionales y la frase en latín "Semper Ascendens" (siempre ascendiendo) en letra de sable, manuscrita del siglo XVI.
En resumen, el escudo refleja fortaleza, laboriosidad, progreso, bondad y reconocimiento a los protagonistas de la historia.
El artista regiomontano D. Ignacio Martínez Rendón pintó al óleo este escudo, que se encuentra en el Palacio de Gobierno.