Boca de Potrerillos
Boca de Potrerillos fue un lugar
estratégico para la residencia estacional de grupos indígenas cazadores
recolectores, quienes desde hace 8,000 años, aprovecharon un pretérito entorno
natural abundante en recursos bióticos y materias primas con las que elaboraron
numerosas herramientas e instrumentos que facilitaron su vida cotidiana y
ritual. Destacan ornamentos de concha, hueso y piedra, así como la elección de
lugares estratégicos para el enterramiento de sus muertos. Dichas actividades
denotan un estructurado ordenamiento de los espacios domésticos y rituales que
en conjunto formaban parte de su complejo paisaje prehistórico característico
de esta región.
Su principal atractivo turístico, son los más de 12,000 petroglifos que lo
convierten en verdadera zona monumental del norte de México, no solo por su
extensión y cantidad de elementos arqueológicos, sino porque sus antiguos
habitantes fueron comunidades de muy reducido número que subsistieron a
perpetuidad de la cacería pesca y recolección a diferencia de las complejas
sociedades del sur del país.
Historia del sitio.
Los primeros reportes fueron efectuados por
aficionados como J. Olson, G. DeWitt y W. Murray; quienes se interesaron por el
estudio del arte rupestre, pero a falta de metodología propia de la disciplina
arqueológica, sus planteamientos y conclusiones quedan en el terreno de la
quimera o entelequia al carecer de datos y evidencia material que sustenten sus
especulativas afirmaciones.
Por su parte, entre 1991 y 1995
el INAH y la Universidad de Texas en Austin realizan el “PROYECTO BOCA DE
POTRERILLOS”, donde M. Valadez, S. Turpin y H. Eling demuestran el importante
desarrollo socioeconómico y cultural que tuvieron los grupos indígenas que
ocuparon estos territorios.
Tres años más tarde, Valadez
continúa los trabajos arqueológicos, como parte de su proyecto “Arqueología de
Nuevo León” (1998 a 2001), realizando excavaciones donde obtiene el primer
patrón de enterramiento para la región asociados a interesantes artefactos
líticos, de hueso y concha. Otro de los resultados fue presentación de tres
tesis de licenciatura por R. Castañeda, D. Rettig y D. Carpinteyro, las dos
primeras enfocadas a la interpretación de los petrograbados, mientras que la
tercera se basó en el análisis de los materiales recuperados en las diferentes
temporadas de campo. Así mismo, Carpinteyro presenta, como tesis de
Maestría-Doctorado en la Universidad de Valencia, España, un estudio
relacionada con la gestión del patrimonio arqueológico de la Zona Arqueológica
Boca de Potrerillos.
Ubicación.
Partiendo de la ciudad de
Monterrey, se toma la carretera México 53 en dirección a Monclova,
Coahuila y se cruzan los municipios de El Carmen, Abasolo, Hidalgo y Mina,
hasta la marca del kilómetro 45.3 donde se encuentra el señalamiento a la zona
arqueológica. Se vira a la izquierda en dirección poniente, continuando por
terracería unos 4 kilómetros hasta encontrar la unidad de servicios.
Ver Museo de Sitio Boca de Potrerillos en un mapa ampliado
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